jueves, 18 de abril de 2013

ENSAYO


¿NACEMOS O NOS HACEMOS EGOÍSTAS?
Interesante y difícil pregunta, pues creo que si hiciéramos una encuesta a 10 personas, 8 de ellas no sabrían contestarnos a esta pregunta con un SÍ o con un NO rotundos, sin objetar nada mas. En la mayoría de los casos dirían que depende de la persona, situación, etc.
Creo que mi tesis es bastante clara, pues en mi opinión nacemos egoístas, pues desde pequeños y si nos fijamos en bebés que tengamos alrededor nacemos con esa rebeldía que nos define, y al igual que rebeldía también tenemos egoísmo de conseguir lo mejor pensando únicamente en nosotros mismos. Por otra parte también pienso que toda persona nace con una ley especial escrita en su corazón, y que pase lo que pase nunca cambiará, a la que podemos llamar ´´conciencia´´, esa cosa que nos da la alarma de: ´´ eso que estas pensando no esta bien´´, o ´´no hagas lo otro que sabes que te va a traer problemas´´. Entonces si nacemos egoístas, porque por naturaleza lo somos, probablemente sea esa ´´conciencia´´ la que nos haga llegar al altruismo, ese ´´angelito´´ que poco a poco va corrigiendo nuestras malas acciones y pensamientos hasta llegar a la perfección del ´´altruismo genuino´´.
Por otra parte encontramos el caso de no ´´obedecer´´ a nuestra conciencia; al principio la alarma va a seguir sonando aunque no le hagamos caso, pero poco a poco el sonido será cada vez más bajo hasta que ni lleguemos a escucharlo, y por lo tanto creamos que lo que realmente es malo nos parezca la cosa más normal del mundo. En este momento es cuando creo que es casi imposible llegar al altruismo, porque si no hay algo dentro de nosotros que nos hace hacer cosas buenas por otros, ¿cómo llegaremos a tener compasión de la persona que tenemos al lado? ¿o a darnos cuenta de que necesita nuestra ayuda?

martes, 16 de abril de 2013

DIÓGENES


Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y luego, hablando se aprende a callar.

                                                                                            Diógenes de Sínope.


Hoy he escuchado esta frase y me ha parecido impresionante, nunca me había detenido a pensarlo, pero es verdad. Relata las tres fases del crecimiento de una persona desde una perspectiva distinta; primero callamos para aprender a oír, después para hablar, y cuando llegamos a conseguir hablar, tenemos que comenzar el largo camino de la prudencia para aprender a callar.
He aprendido varias cosas sobre la prudencia y la fuerza que tienen las palabras, tanto en nosotros mismos como en las personas que nos escuchan, y es que ¿pueden ser nuestras palabras como golpes de espada y nuestra lengua como medicina?, pensaréis que la pregunta anterior es de locos, pero es así, es un proverbio, lo podeis encontrar prov 12:18. Si tomamos esas palabras al pie de la letra nuestras palabras pueden ser como auténticas heridas de una espada de dos filos ante la persona que nos está escuchando, pero afortunadamente no solo tenemos el poder de destruir, sino tambien de construir. Nuestras palabras pueden ser como medicina!, pueden ser ese alivio, esa fuerza y ese ánimo que alguien necesite, podemos curar una de las enfermedades más complicadas y sufridas a lo largo de la historia: el corazón herido.
Volviendo a Diógenes, y en el caso de que nos encontraramos en una lucha en la que nos hieren y no tenemos esa medicina, este filósofo nos da un gran consejo:
´´Cuando estoy entre locos, me hago el loco´´ y  ´´El insulto deshonra a quien lo pronuncia, no a quién lo recibe´´
Yo esta frase la entiendo de la siguiente manera: Si nos hieren, ya sea por insultos o por otro tipo de circunstancia, para empezar los insultos y nunca mejor dicho a quien deshonran es a la persona que los pronuncia, y si encima para colmo provienen de alguien como él llama ´´loco´´, pues que mejor que hacernos los ´´locos´´ valga la rebundancia. Es duro, pero si aprendemos a solo guardar las cosas buenas y desechar las malas, nunca tendremos esa amargura de corazón que a mucha gente afecta y no deja vivir. Os animo a reflexionar sobre cada una de estas frases y sacar vuestras propias conclusiones.

miércoles, 10 de abril de 2013

LAS CLAVES DE LA FELICIDAD


Este me ha parecido un video genial, su contenido es impresionante, en solo 4 minutos nos da todas las claves de la felicidad, y sobre todo nos recuerda todas aquellas pequeñas cosas que hacen la vida mucho más apasionante e interesante. Disfrutemos cada minuto y preocupemonos por hacer las cosas lo mejor posible.
NOTA: ( Quizá aparezca sin voz, buscadlo en youtube, aqui os dejo el link: http://www.youtube.com/watch?v=SpbMt7ehgeo)

domingo, 7 de abril de 2013

MUERTE CLÍNICA DE JESÚS

Aquí os dejo el análisis clínico sobre la muerte de Jesús, y es que creamos en Él o no, no se puede negar que existió, es un hecho histórico, al igual que Cristobal Colón aparece en nuestros libros de historia también lo hace Jesús. Ya que acabamos de pasar la Semana Santa me puse a investigar sobre cómo fue esta gran muerte que todos ´´celebramos´´, pero que realmente pocos saben con exactitud cómo ocurrió. Sinceramente me ha parecido INCREÍBLE y a la vez ESCALOFRIANTES los datos sobre su muerte clínica. Murió como alguien que hubiera cometido el mayor de los crímenes, muerte digna de un asesino o ladrón de la época, y es que esta muerte presume de ser una de las peores que se han practicado a lo largo de toda la historia, caracterizada por su gran lentitud y sufrimiento. Y es que solo pensar que su juicio fue decir SOY EL REY DE LOS JUDÍOS la hace mucho más escalofriante. Me gustaría que cuando lo vayáis leyendo lo imagineis como si os ocurriera a vosotros, ponernos en la piel de quién la sufrió hace entender mucho mejor la historia.

La muerte vino amargamente en medio de un agitado delirio, por un fallo multiorgánico.

Pasada la medianoche, Jesús fue apresado en Getsemaní por los oficiales del templo y llevado ante Caifás, el sumo sacerdote. Al día siguiente, fue juzgado y encontrado culpable.

Una vez en el pretorio y de acuerdo con la ley imperante, el mártir recibió  39 azotes. Los látigos tenían unas bolas de metal atadas en la punta junto con huesos afilados de animal, por lo tanto los golpes desgarraron los músculos del dorso, los glúteos y las piernas hasta provocarle un estado cercano al colapso, es decir un shock total al igual que una gran pérdida de sangre.


Posteriormente le pusieron una corona de espinas en la cabeza sujetándola bien al cuero cabelludo, lo que provocó un gran sangrado, además de un intenso dolor.
Poco tiempo después, se le ordenó cargar la barra de su propia cruz que tenía un peso entre los 40 y 60 kilos, con el cual tuvo que cargar durante casi 1 km, y recordemos que ya estaba en estado de shock y había perdido una gran cantidad de sangre.
En el lugar de la ejecución se le clavaron las manos entre el radio y los huesos del carpo.





Sus pies se sujetaron con unos clavos de hierro de unos 13 a 18 cm colocados entre el primero y segundo espacio intermetatarsiano, lo que le provocó fuertes dolores. Más tarde, fue alzado con los brazos estirados sobre el patíbulo.
A partir de entonces, Cristo tuvo dificultades para exhalar el aire. El peso de su cuerpo tirando hacia abajo con los brazos abiertos debió interferir con su respiración normal, particularmente con la exhalación, haciendo que la respiración fuera superficial e inefectiva.
Para mantener una respiración adecuada necesitaba elevar el cuerpo utilizando como apoyo los pies, flexionando los codos y alejando los hombros, lo que provocó que se le salieran los hombros de su sitio. Sin embargo, esta maniobra al colocar todo el peso del cuerpo sobre los huesos de los pies debió producirle severos dolores.
Por otra parte, la presencia de penosos calambres musculares o contracciones tetánicas secundarios a la fatiga e hipercarbia, dificultarían el trabajo  respiratorio aún más.
La muerte de Jesús después de 3 horas en la cruz sorprendió aún a Poncio Pilatos. El hecho de que gritara en voz alta y luego dejara caer su cabeza, sugiere la posibilidad de una muerte súbita cardiaca por rotura del corazón (infarto masivo) o arritmia letal, y podemos decir que no se le rompió el corazon solo de forma figurada, sino que realmente el corazón físico explotó.
Para terminar  este esquema clínico-patológico sobre el fallecimiento de Cristo, entre los aspectos médicos de su agonía y muerte no pueden descartarse el estado de ánimo deprimido, la ansiedad y la angustia que una personalidad tan exquisita como la de Jesús debe haber sufrido al sentirse perseguido, calumniado, insultado, vejado, ultrajado, humillado, traicionado, vendido y hasta negado.
Agresiones todas que sazonaron su pasión y muerte física.