85 años de edad y una larga vida dejada atrás, todos aquellos
recuerdos, todas aquellas pequeñas cosas que en su día parecían extremadamente
importantes, todos aquellos problemas que parecían un gran mundo e incluso el fin
de éste ahora puede resumirlos y verlos pasar, pensando que toda su vida
realmente ha sido como un único día.
Este es el sentimiento que creo que todos experimentaremos al
llegar a una edad que en este momento nos parece tan lejana, pero que si lo
pensamos por un instante, ellos también han tenido 17 años, de hecho pueden relatárnoslos
como si hubieran sido ayer, los sienten tan cercanos que a veces casi ni pueden
diferenciar los 78 años que hay de diferencia, un tiempo que nos parece eterno
pero que pasa delante de nuestros ojos sin darnos cuenta, sin tener nuestro
propio dominio sobre la fugacidad del tiempo, sin poder parar el reloj y ser
dueños de nuestra propia vida..….pero…..¿Qué pasaría si pudiéramos parar
nuestra vida en algún momento?, ¿acaso sabríamos cual es el indicado?
¿podríamos ser felices viviendo eternamente en el mismo período? Este tipo de
preguntas son precisamente las que creo que no se hizo la sociedad barroca,
porque si lo pensamos, ¿Quién querría tener 7 años eternamente?, ¿acaso nadie
anheló en su infancia tener 18 años? ¿y a los 18 no anhelamos los 25 para tener
una carrera terminada y ser independientes? O……bla,bla,bla. Vivir eternamente
en un mismo periodo creo que sería bastante aburrido, necesitamos cambios en
nuestra vida, al igual que son necesarios los desengaños, alegrías, crisis,
etc; son todas esas cosas las que dan sentido a nuestra vida y nos hacen crecer
como personas.
Preguntémosle ahora a esta persona de 85 años sobre todo tipo
de vivencias que ha tenido, probablemente nos contará las más interesantes,
todas aquellas que fueron difíciles, pero que con constancia consiguió superar,
y que de ellas consiguió sacar algo bueno, aunque sólo fuera un consejo que nos
cuente en el mismo momento para no caer en su mismo error. Es bueno mirar hacia
atrás y recordar todo aquello que nos ha pasado, aunque nos parezca que nuestra
vida ha sido extremadamente fugaz, el problema de la tristeza que entra al
recordar es que es necesario mirar hacia delante, y ¿mas adelante queencontramos?.......la
muerte. Cuando miramos al futuro lo único que vemos es la muerte, es algo que
está cerca y sabemos que pasará, por eso el recordar es sinónimo de melancolía.
El pensamiento barroco era muy así, veían que la vida había
pasado demasiado rápido, no sabían donde estaba su fin , pero suponían que
cerca. El pensar de esta manera solo nos amarga cada segundo que tenemos la
oportunidad de vivir, estamos tan obcecados en pensar que moriremos que no nos
preocupamos por ¿qué viviremos?. Perdemos esa energía y disposición necesarios
para hacer las cosas bien, porque si constantemente pensamos en un fin….¿que
recuerdos tendremos al llegar a la vejez?......me pasaba el día pensando si me
iba a caer un ladrillo a la cabeza, iba a tropezar o me atropellaría un coche,
y sin embargo mira, aquí estoy, todo el tiempo que perdí pensando como sería mi
muerte y sin embargo me olvidé de lo más importante….¿como sería mi vida?
Imaginemos que después de nuestra muerte tenemos la capacidad de ver la película de nuestra vida, el tiempo
se ha parado y podemos ver cada minuto que hemos vivido, ¿qué nos gustaría ver
proyectado en la pantalla? Aprovechemos cada momento, no pensemos en el final
sino en el proceso, hagamos que sea algo exitoso.
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